Desde mi punto de vista, para ser periodista tenes que tener mucho de sensibilidad, bastante de responsabilidad, una gran parte de curiosidad y por sobre todas las cosas una gran dosis de igualdad entre muchas otras cosas con las que también hay que contar.
El rol de comunicar es una gran responsabilidad que requiere innovarse permanentemente para no caer en la rutina de volverse repetitivo. Para no aburrirnos a nosotros mismos y por sobre todas las cosas porque el contexto en el que vivimos nos exige cambios permanentes en nuestras formas de contar lo qué pasa, cómo pasa, dónde y cuándo pasa, para preguntarnos por qué pasa.
Hacer periodismo en tiempos de avanzada tecnología es un lindo desafío que día a día requiere superación y ganas para seguir contando las cosas a través de la gente. Y siempre trato de ir por ese camino.
En tiempos en los que el periodismo honesto y libre no garpa, es cuando más pasión hay que ponerle a la cosa, porque de periodista se disfraza cualquiera, pero que lleven la tarea de informar con vocación y la premisa de comunicar las cosas como suceden son pocos, poquísimos los colegas dispuestos a hacerlo más allá de las consecuencias a soportar.
En este día, saludo a los respetables colegas que no venden sus ideales y formas. Saludo a aquellos que siempre se respetaron a ellos mismos para poder llevar adelante un periodismo verdadero, sin culpas ni remordimiento, sabiendo que lo que se cuenta es lo que sucede y no engañando a la gente.
A esta altura de mi vida, con casi 15 años de periodismo estoy llegando a pensar que periodista, de esos que verdaderamente buscar informar por el hecho de hacerlo sin distorsiones, se nace y no se hace.
Alejandro Azaroff
