Juicio abreviado: el imputado debe reconocer el delito y aceptar la pena

El juicio abreviado permite llegar a una condena de hasta 10 años de prisión mediante un acuerdo entre el acusado, defensora o defensor, la fiscalía y la víctima querellante. Es una herramienta que aporta celeridad y economía al proceso penal, con una solución rápida y consensuada del conflicto. Forma parte de las herramientas de la Reforma Procesal Penal, que este año cumplirá 4 años de aplicación.

Si bien el procedimiento se acorta, se trata de un juicio con las mismas consecuencias que los debates tradicionales. El imputado debe reconocer su participación en el delito y aceptar la pena que le proponga la Fiscalía. Para llegar al acuerdo se hace una audiencia oral y pública con todas las partes. El juez o jueza evalúa la propuesta, puede aceptarla y dictar la condena o puede rechazarla.

Si el acuerdo es rechazado, el caso pasa a Juicio Oral y Público con otro juez y otro representante de la Fiscalía. La nueva magistratura tendrá prohibido usar como prueba lo que dijo el acusado en el proceso anterior.