El Fiscal Guillermo Ortiz pidió que se declare culpable a un hombre del robo agravado por uso de arma y por la participación de un menor de edad, perpetrado a una inmobiliaria céntrica de Viedma, en septiembre de 2018. El juicio se desarrolló durante tres jornadas completas en las que comparecieron más de una decena de testigos.
Los alegatos comenzaron con el sostenimiento de la teoría del caso por parte del Ministerio Público Fiscal quien vinculó la prueba con las testimoniales para sostener que el imputado es quien protagonizó el robo.
“Las víctimas y los testigos del hecho, vinieron a declarar y reconocieron a los imputados. Los agentes de policía que declararon en el juicio fueron certeros, fueron ellos quienes realizaron el trabajo de campo que permitió identificar a los presuntos autores y luego el trabajo de la fiscalía pudo corroborar esos primeros datos”, enfatizó Ortiz.
Valoró además las imágenes de las cámaras de seguridad del local que, según dijo, “captaron desde el inicio hasta la finalización del hecho”, recordó los testimonios de todos los agentes policiales que reconocieron al imputado y las ruedas de reconocimiento que “fueron trascendentes para confirmar la identidad de los sospechosos”.
Además aludió a los análisis odorológicos del tambor del arma encontrado en el lugar del hecho que dieron resultado positivos al cotejarse con muestras del imputado.
Según la acusación, tanto el encargado del lugar que fue lesionado en el hecho como la empleada que allí se encontraba reconocieron al hombre y estos testimonios, así como el resto de los brindados en debate “están avalados por los videos, por el trabajo del Cuerpo de investigaciones judiciales y del Gabinete de criminalística”.
Luego de desandar las pruebas y relacionarlas por más de 50 minutos, Ortiz enfatizó que se pudo llegar “a una única conclusión, que el señor aquí presente fue quien cometió el hecho y es culpable del mismo”.
La Defensa fue ejercida por el abogado Damián Torres quien sostuvo durante su alegato que el hecho fue cometido por otra persona a quien nunca se investigó. Según la defensa, que en un principio fue ejercida por el defensor adjunto Juan José Alvarez Costa, la policía buscó pruebas para corroborar que quién ellos consideraban sospechoso era realmente el culpable. Torres también analizó los distintos testimonios y volvió a mostrar imágenes de las cámaras de seguridad para sostener que en ellas no podía identificarse a su defendido.