Causa Atahualpa: Las pericias no incriminan directamente a Morales Toledo

Los lentes de Julieta y la imagen de Atahualpa.
Los lentes de Julieta y la imagen de Atahualpa.

 

En la séptima audiencia que se realizó en la jornada del viernes por la causa Atahualpa declaró el doctor Corach, quien trabajo sobre las pericias de ADN en la investigación. También atestiguó Rubén Sella, abogado que hoy está detenido por corrupción de menores.

La cantidad de material extremadamente bajo para inculpar a alguno de los sospechosos puede ser una variante en la causa. El profesional que llevó a cabo las pericias dio un amplio detalle de su trabajo a las partes.

El testimonio más importante podría considerarse el del Doctor Corach, ya que aportó información sobre los estudios realizados al cuerpo de Atahualpa Martínez Vinaya y a los elementos secuestrados en el contexto de la investigación.

La Defensora Oficial fue quien comenzó con las preguntas al Doctor Corach e hizo hincapié en las pericias de tipificación de ADN para determinar las correspondencias genéticas en la causa.

“El primer estudio se hizo sobre material atribuido a Martínez Atahualpa y a un pelo. El segundo estudio fueron 50 evidencias que se analizaron. Tiempo después, fueron enviadas muestras pertenecientes a Carrasco, Morales Toledo y Valla. Posteriormente, se fueron reanalizando, el problema es que desde el 2008 hasta el momento de las últimas recepciones hubo una serie de cambios de tipo instrumentales en el laboratorio, por lo tanto, se debieron rescatar los informes a nivele electrónico de la pericia inicial de 2008 para hacer los informes comparatorios”, explicó Corach.

Siguiendo con el relato, Corach explicó que “una vez que se hace el estudio del material analizado, queda registrado en los sistemas informáticos. Posteriormente, en el 2011 al recibir las muestras de personas sospechadas, se analizan y comparan con lo que ya se había analizado en el 2008, de esa forma se va tratando de reconstruir toda la información que puede tener valor pericial”.

Marta Ghianni consultó si se pudo reconstruir la información del 2011 en adelante y Corach manifestó que “inicialmente teníamos material de la víctima y una serie de evidencias. En algunas de esas evidencias existía un componente mesclado, es decir, un segundo aportante. En algunos casos esos aportantes pudieron ser correlacionados con las muestras que recibimos cono “entubitadas” de los sospechosos y en otros quedaron sin ser identificadas.

El perito profesional expresó que “hay que pensar que eran una cantidad muy grande de evidencias a realizar”, puntualizó Corach y explicó que inicialmente se utilizó un equipo secuenciados identificado como ARI 3100 que a partir del año 2011 dejo de utilizarse para darle uso al 3500.

Sobre los marcadores que aparecen en las pericias, Corach explicó que “se han incrementado notablemente a partir del año 2017 pasando del conjunto básico planteado como sistema operativo del FBI. Se ha incrementado la posibilidad analítica y la capacidad de sensibilidad que se usa. Al cambiar los sistemas instrumentales también tenemos una mejor capacidad de respuesta”, puntualizó Corach sobre las preguntas de Ghianni.

Juan José Alvarez Costa, Defensor Adjunto de uno de los imputados también realizó preguntas a Corach sobre distintos puntos en base a la profesión del testigo. Abordó sobre las pericias realizadas en el año 2008 sobre las muestras de Atahualpa y un pelo y delas 50 evidencias que le llegaron para ser peiriciado. Alvarez Costa preguntó sobre el hisopado en la campera.

“En ese momento se obtuvo un perfil mezclado en el cual el aportante mayoritario era Martinez Atahualpa. Existían una serie de componentes minoritarios que podrían haber sido de un segundo aportante, pero con niveles de amplificación extremadamente bajas, debido a que el aportante minoritario había aportado una cantidad mínima de material genético. Tuvimos un perfil mesclado en el cual solo podíamos identificar sin duda el material genético de Atahualpa”.

 

 

Corach había mencionado a Carrasco, Toledo y Valla y tuvo que revisar el informe al ser consultado sobre si había presencia sobre Fernández Barrientos. “Solamente recibimos Carrasco, Morales Toledo y Valla”, manifestó y agregó que “sobre Morales Toledo el resultado indica que “dado la coincidencia de posición de las variantes que detectamos en el perfil mezclado, dado que la cantidad de material era extremadamente baja y podía llevar a una interpretación incorrecta, no se hizo una ponderación estadística, básicamente, para que uno pueda hacer una evaluación estadística, debemos estar convencidos que los perfiles genéticos mayoritarios y minoritarios, son efectivamente producto de las características que exhibe cada muestra y no efectos experimentales que alteran el perfil genético que estamos pudiendo obtener dado en parte por la extremadamente baja de material genético disponible”, refirió.

“El único índice de verosimilitud que uno puede evaluar en esa evidencia es si el material mayoritario pertenece o no a Martínez Atahualpa. Ese cálculo estadístico se hizo y dio un valor alto, no hay duda que esa evidencia contiene material genético de Martínez Atahualpa, lo que si hay duda es que efectivamente el perfil minoritario que encontramos pertenezca a Morales Toledo, por una cuestión de precaución”, puntualizó y agregó que “la identidad debe ser ponderada estadísticamente, tenemos que darle un peso a esa evidencia. Para hacerlo, tenemos que conocer las características de la población en la cual surgen las muestras y se hace una serie de cálculos, siempre y cuando el perfil sea real, el problema es cuando tenemos muy, pero muy bajas cantidades de ADN como fue este caso. El perfil no sabemos si es real o tiene artificios dados por problemas en la cantidad de reacción química que se genera debido a la escasa cantidad de ADN de ese segundo aportante, razón por la cual no le damos peso, podemos decir eventualmente habiendo una posibilidad de evaluación a través de otro tipo de evidencias no genéticas”.

Juan José Álvarez Costa: ¿Dice que no lo puede excluir, lo podría incluir?

Corach puntualizó que “no”.

Consultado sobre el efecto Drop In Corach especificó que “el efecto Drop in es que aparezca un pico con apariencia de variante de marcador informativo en una posición semejante, pero que en realidad provenga de una errónea síntesis de ADN”.

Sobre el Drop Out explicó que “es cuando se pierde algo que en realidad está, pero no se puede detectar da la escasa cantidad de material. Tenemos la posibilidad de estar generando perfiles que coinciden en partes con las características que exhibe eventualmente un sospechoso parcialmente”. En la causa se produjeron ambos efectos de Drop In y Drop out.

Al consultársele sobre los marcadores que aparecieron en la causa y las pericias analizadas en 2008 y el cotejo de 2011 si había modificaciones respecto a los estudios de 2017 contó que “analizamos lo mismo que habíamos analizado en el 2008 a partir de los datos crudos que tenía el equipo y que podíamos rescatar. Se incrementaron en un número de no más de cinco o seis”, refirió y aclaró que constantemente se van incorporando marcadores y se van revalidando, lo que antes no se podía detectar ahora sí. Existen en la actualidad criterios de validación de datos que en el 2008 no existían, analizando a la luz de las metodologías actuales ese no puede excluirse se descarta y ya podemos decir con seguridad que no puede evaluarse el perfil minoritario”.

“Estos datos no son incriminantes respeto del sospechoso, la única información que se obtiene a partir de ese perfil, aparentemente mezclado, podría eventualmente ser contaminado sino está mesclado, es lo que aporta Martínez Atahualpa”.

 ¿Recuerda en el 2008 de qué manera fueron remitidas las muestras?

“El criterio de trabajo adoptado con el Poder Judicial de la provincia de Río Negro era que cada uno de los cinco distritos judiciales a través de sus cuerpos médicos forenses nos enviaban vía postal los materiales certificados. Ese era el modus operandi y era con un sistema bastante eficiente, nunca tuvimos problemas por adulteración de embalajes ni llegada de material que debiera ser descartado por incorrecto o ruptura en el proceso de traslado”, aclaró.

Al consultar sobre la cantidad de marcadores que tiene un ser humano, Corach aclaró que polimórficos tiene alrededor de tres millones. En este momento, como mínimo se utilizan 20 y en el 2008 se utilizaba la cantidad de 13.

Ante la pregunta del Fiscal Trejo sobre los marcadores, volvió a remarcar que 13 marcadores era el número mínimo considerado por el FBI hasta el año 2017. Posteriormente se incrementó a un total de 20.

“Son marcadores que se usan prácticamente en todos los laboratorios del mundo. La información compartida entre los datos de 2008 y 2011 es suficiente para una identificación”, explicó y aseguró que no se puede aseverar que exista perfil genético de Morales Toledo en el hisopado de la campera aclarando que “solamente debe considerarse aquella información pericial que cuenta con una ponderación estadística. Si esa información estadística no está aportada, es porque no tiene resultado obtenido, en caso particular de Morales Toledo, no tiene un peso que permita ser evaluado estadísticamente y por lo tanto no debe considerarse como evidencia fundada. En tanto si tenemos un perfil de buena calidad como fue el perfil mayoritario de evidencia hisopado campera 1 informado en el año 2008 vemos que hay un mayoritario que es Martinez Atahualpa, que tiene un perfil ponderado como confiable, el otro es una suerte de indicio que no sirve como prueba porque no tiene peso estadístico, no constituye una evidencia que pueda ser evaluada como prueba”, referenció.

Al consultarlo el Fiscal Trejo cuántos marcadores tenía Morales Toledo de los 13 que se necesitaban en esa fecha, Corach explicó que habían configurado un perfil de 15 marcadores más el marcador de sexo, con el criterio de análisis el número de marcadores se reduce prácticamente a la mitad, lo que constituye al ser analizado posteriormente un perfil muy parcial lo que hace que se descarte la posibilidad de emplearlo como una prueba.

La abogada querellante Julia Mosquera preguntó también en el contexto de los marcadores sobre la muestra de Morales Toledo, si los elementos identificatorios de ADN fueron hallados en la muestra respecto del hisopado 1 de la campera.

“El material de Morales Toledo que se recibió, se recibieron en forma conjunta con otro sospechoso, Valla y esto se recibió en noviembre de 2011. Morales Toledo provenía como una muestra en una mancha de papel. De cualquier manera, el material dubitado del sospechoso se comparó y se emitió el resultado que no se le daba peso real por no cumplir con las condiciones de garantía de calidad de un perfil genético aceptable para un análisis”, refirió Corach.

Al leerle el fiscal Trejo una ampliación del informe del 2008 que dice: “de la comparación del perfil genético obtenido a partir de la muestra atribuida a Morales Toledo Carlos, se concluye que, aunque no se observaría su perfil genético completo no puede descartarse la presencia de material genético del mismo como un aportante minoritario a la mezcla”, leyó el fiscal a lo que Corach respondió que “bajo los criterios empleados oportunamente en el 2008 al momento de obtener los perfiles genéticos de las muestras de evidencia, no podemos garantizar que ese perfil genético sea de Morales Toledo. Las posiciones de algunas variantes coinciden con Morales Toledo, si bien esa evidencia podría eventualmente ser informativa, dado que la posibilidad de que se produzcan efectos de Drop In y Drop out hacen que esa información que a la luz actual de los criterios de análisis no sea tenía en cuenta”.

 

 

Respecto a las declaraciones de Rubén Sella, fue el propietario del boliche en el que estuvo Atahualpa antes de ser asesinado. Brindó detalles de los empleados que trabajaron esa noche, la metodología de horarios antes del cambio de ordenanzas y el movimiento interno dentro del boliche.