Una mujer de San Antonio Oeste tenía gallinas, pollitos y pavos. Su vecino, un perro Rottweiler. Una tarde, el can ingresó al gallinero y mató 40 ponedoras, además de un gallo de exposición de la raza Orpington. Otro día, nuevamente se metió y ultimó una decena más de aves de corral.
Ante esta situación, la mujer decidió iniciar un reclamo de menor cuantía en el Juzgado de Paz de San Antonio Oeste el 13 de abril de este año. En sólo dos meses se ordenó la indemnización.
La señora reclamó en varias ocasiones al dueño del perro por los daños ocasionados. El hombre le reconoció ser el dueño del perro y prometió hacerse cargo de los daños. Sin embargo, al pasar un tiempo sin que el vecino resolviera la situación o se hiciera responsable, la mujer decidió presentar la demanda.
Como pruebas, la mujer presentó certificaciones de las actuaciones judiciales y nueve fotografías.
Tres mostraban a un perro de color negro, presumiblemente de la raza mencionada, detrás de una reja que aparentaba ser el gallinero. En dos de estas fotografías, el perro estaba mordiendo o masticando una gallina, y en las seis fotografías restantes se exhibían seis gallinas muertas.
Posteriormente, se llevó a cabo la audiencia en la cual sólo se presentó la dueña del gallinero.
En el fallo se tuvo en cuenta la norma aplicable, que expresa que la ausencia injustificada de la parte demandante se entenderá como un desistimiento del proceso, y en el caso de ausencia injustificada de la parte demandada, se entenderá como reconocimiento de la verdad de los hechos pertinentes y lícitos presentados por la demandante, quedando habilitada la prosecución de la causa sin más tramite.
La señora había cuantificado el daño en 185 mil pesos, pero finalmente, con la actualización, se dispuso que el dueño del perro deberá pagar más de 220 mil pesos, más los intereses.