El Juzgado de Paz de Allen rechazó una demanda promovida por una mujer que reclamaba más de un millón de pesos a un albañil, por supuestos defectos en trabajos realizados en su vivienda. La resolución se basó en la falta de pruebas concretas que permitieran acreditar incumplimientos o fallas técnicas.
La mujer había contratado al trabajador para efectuar reparaciones en pisos, ventanas, rejas y una canaleta pluvial. Aunque las tareas fueron realizadas y pagadas, la propietaria inició un reclamo dos meses después, al considerar que los trabajos no fueron satisfactorios.
En su defensa, el albañil indicó que la vivienda estaba en venta y que fue contratado para hacer arreglos provisorios, con los materiales provistos por la dueña. Aclaró que incluso repitió algunos trabajos porque no eran del agrado de la clienta.
En la audiencia convocada por el Juzgado, ambas partes reconocieron que las tareas se realizaron y que el pago fue efectuado. No obstante, la mujer no pudo probar la existencia de defectos en los trabajos ni aportar evidencia suficiente sobre la supuesta impericia del obrero.
A pesar de haber presentado presupuestos para nuevas reparaciones, no fue posible establecer si efectivamente existieron fallas, ni se acreditó que el profesional incumpliera con lo acordado.
Por estos motivos, el juzgado resolvió rechazar la demanda al no haberse verificado los hechos denunciados en el expediente.
