La visibilidad de los abandonados a su suerte en Viedma

abandonados-a-su-suerte

La falta de sensibilidad del Estado para con las personas en situación de calle ya no es novedad considerando que se cerraron lugares de contención y hasta el momento poco se sabe si habrá posibles soluciones a futuro. La situación se vuelve compleja cuando las personas se visibilizan en distintos lugares.

El 4 de marzo este medio publicó sobre el caso de un hombre abandonado en la Terminal de ómnibus de Viedma. Duerme en los bancos, está sucio y atraviesa un supuesto problema de alcoholismo. Pero el dato más alarmante de este caso es que tendría familia que se acerca solo en fechas de cobro de su pensión y después vuelven a dejarlo entre sus despojos.

Ese caso generó indignación en muchas personas que comentaron sobre el rol del Estado y la inacción para ayudar al hombre en cuestión. Muchos se quedaron con la frase “no se deja ayudar” y el tema se dio prácticamente por cerrado. No hubo nadie del Estado que se acerque al lugar y el hombre abandonado sigue en la misma situación.

Ahora una mujer que en los últimos días también generó alerta en la sociedad apareció en las instalaciones de la terminal. Su estado también es lastimoso ya que hace días frecuenta diferentes lugares como las plazas San Martín y Alsina, donde duerme y desde donde le robaron algunas de sus pertenencias.

Una mujer escribió a este medio días atrás contando que la señora estuvo en su casa pidiendo ayuda y se dio un baño. Le contó que le habían robado algunas pertenencias en la Plaza San Martín y que por aquellos días tenía 1200 pesos para comer. Sería del Norte de nuestro país, pero está a la deriva en nuestra Comarca.

Ahora se encuentra en la Terminal revolviendo la basura y comiendo desperdicios de lo que encuentre tirado. Vecinos que trabajan en el edificio contaron que la policía por pedido de muchas de las personas tuvo que sacarla varias veces del lugar porque ensució los baños.

Ahora son dos las personas abandonadas a su suerte, sin la intervención mínima del Estado que ante el cierre de las puertas de un albergue que asistía a quienes atravesaban esta situación nada hizo. Un hombre y una mujer abandonados, visibilizados ante la sociedad, quizá porque se apiaden de ellos o porque su presencia simplemente molesta y quieren que alguien se haga cargo.