Viedma: La despedida de Julieta Vinaya en las puertas del Poder Judicial

despedida-de-julieta

La tristeza, el dolor y la bronca por la impunidad que rodea desde hace 10 años al homicidio de Atahualpa Martínez Vinaya se expresaron con toda crudeza en la despedida del cuerpo de su mamá, Julieta Vinaya, quien murió sin lograr verdad y justicia para su hijo. «Si algo está muerto hoy es la credibilidad que tenemos en el Poder Judicial, eso sí está muerto», expresó su sobrina Laura.

Familiares, amistades y militantes de organizaciones sociales, gremiales y políticas acompañaron el cuerpo de Julieta Carmen Vinaya desde la vereda del Poder Judicial hasta Carmen de Patagones donde será cremado, según su propia decisión.

Se vivieron momentos que condensaron un profundo dolor, tristeza y bronca por la muerte de una mujer que entregó su vida en la búsqueda de verdad sobre el homicidio de su hijo Atahualpa, que fue un pilar fundamental en la lucha regional contra la impunidad y falleció sin lograr justicia.

Su sobrina, Laura Vinaya, dirigió palabras muy directas, muy duras y precisas para quienes tuvieron responsabilidad en el expediente: la ex fiscal Daniela Zágari, el ex juez de Instrucción Juan Carlos Reussi, la ex Procuradora del Ministerio Público, Liliana Piccinini; y el ex abogado de la familia, Diego Sacchetti.

Desde un dolor inconmensurable, gritó uno a uno sus nombres y reclamó «que se hagan cargo de lo que hicieron, lo que provocaron en una madre».

«Julieta fue sometida a la tortura más grande a la que puede ser sometida una madre. La torturaron durante 10 años porque los funcionarios de este Poder Judicial Rionegrino nunca en 10 años le pudieron decir quiénes fueron los asesinos de Atahualpa, nunca le pudieron dar a esta madre lo que debían darle: verdad y justicia».

«Ustedes funcionarios, no saben lo que es la palabra Verdad, les queda grande, no les entra la palabra Justicia, les queda grande. Perdieron la posibilidad de creer que podía haber restitución seria en esta provincia. Si algo está muerto hoy es la credibilidad que tenemos en el Poder Judicial, eso sí está muerto. Julieta no, Julieta está viva, está acá. Hizo salir este sol para que nosotros marchemos con ella. Así de poderoso es el amor de una madre cuando sabe que el amor no es egoísta, el amor es para todos, pero sobre todo para los que más sufren. Eso les queda grande a ustedes».

«Ustedes son los muertos, los muertos que mandan, que no conocen, que no escuchan, que no saben lo que es sufrir el hambre, ustedes funcionarios del Poder Judicial son los muertos que pagamos mes a mes cuando nos dicen que no hay. Siempre hay para ustedes y nunca para nosotros. Ustedes son los muertos. No tendrán nunca el perdón, ni el amor, ni el reconocimiento que ha tenido esta mujer».

«Ellos son los responsables de la muerte de Julieta, tienen nombre y apellido y trabajan en el Poder Judicial, deciden, más que cualquiera de nosotros y nosotras, deciden por nosotros y nosotras. Esos son los nombres, recuérdenlos, no se los olviden, porque junto a Julieta Vinaya hay que recordar los nombres de los responsables de su muerte. Búsquenlos, díganles en la cara lo poco que valen, lo poco que hicieron, el gran dolor que le causaron a esta comunidad cuando se llevaron puesta a una madre con el arma de la impunidad».

Rodeada por muchas personas que se acercaron a expresar su afecto y acompañamiento, Laura Vinaya manifestó que «a pesar de este dolor que sentimos en lo más íntimo, Julieta nos pone de pié porque la acompañamos durante todos estos años, la acompañamos como no la acompañó el Poder Judicial».

«Nosotros el pueblo organizado, la comunidad que ama a sus vecinos, a sus jóvenes, a sus niños, nosotros los trabajadores y trabajadoras, los estudiantes, nosotros somos los que la acompañamos a Julieta durante 10 años y sabemos que, si alguna vez lloró, Julieta lloró de bronca, cuando supo que Daniela Zágari, Juan Carlos Reussi, Ricardo Falca, Liliana Piccinini, Diego Sacchetti la dejaron sola, sola con su dolor, sola con su grito de justicia y verdad».

«Estamos de pie, somos muchos aquí y en muchos otros lugares porque si de algo se encargó Julieta fue de esparcir las semillas necesarias para el futuro. Y de ahí estamos aprendiendo y nos conocemos en un velorio, y la recordamos con una sonrisa porque así nos enseñó ella. Y aquí estamos en la calle, donde ella dejó su vida».

Antes de salir en caravana, el grupo Sonoridad Andina le dedicó una de sus canciones preferidas: «Cinco siglos resistiendo».

«Es tu esencia y es semilla, y está dentro nuestro por siempre. Se hace vida con el sol y en la Pachamama florece», dice su letra tan justa para este momento en el que Julieta Vinaya partió «con toda la paz que da la dignidad, hacia el abrazo de su querido, de nuestro querido Atahualpa».

 

 

 

Fuente: VDM Noticias