A pesar de la distancia geográfica y las tensiones entre los progenitores tras la separación matrimonial, una jueza de Familia de Bariloche estableció un régimen de comunicación que garantiza el contacto presencial y virtual entre un padre y sus hijos.
Tras múltiples intentos fallidos de conciliación, un padre acudió al juzgado de Familia para solicitar que se fije un cronograma de visitas y encuentros con los niños. La madre se había trasladado a una localidad de la cordillera, mientras él permaneció en Neuquén, donde la familia vivía antes de la separación.
Desde que el conflicto comenzó en 2021, las diferencias irreconciliables sobre cómo estructurar las visitas impidieron un acuerdo. El padre buscaba períodos más extensos para convivir con los niños en su domicilio en Neuquén. Por su parte, la madre planteó preocupaciones sobre la idoneidad del ambiente propuesto por el progenitor.
La jueza de Familia dispuso un régimen que prioriza el bienestar de los menores de edad. Según el fallo, los niños podrán visitar a su padre durante una semana y algunos días adicionales en verano, además de pasar una semana con él en invierno. También podrán compartir sus cumpleaños.
Las visitas deberán realizarse siempre de forma conjunta, garantizando que los hermanos permanezcan unidos. El fallo establece que las comunicaciones telefónicas entre los menores y su padre sean diarias o día por medio, y la madre deberá facilitar este contacto.
El intento inicial de conciliar un régimen de comunicación fracasó debido a las profundas diferencias entre las partes. La madre señaló episodios previos de violencia psicológica y cuestionó las condiciones de la vivienda del padre, que carecía de servicios básicos como baño y calefacción. Por su parte, el padre denunció incumplimientos en el régimen provisional previamente homologado.
La jueza basó su resolución en los principios del interés superior del niño, establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley 26.061. También consideró las entrevistas realizadas a los menores, quienes expresaron su deseo de mantener un vínculo significativo con ambos progenitores. Tuvieron en cuenta su preferencia de viajar juntos y el deseo de compartir momentos clave como las vacaciones y los cumpleaños.
