Nicolas González vive en Bariloche y atraviesa una particular situación de impedimento de contacto con la mamá de su hijo quien es trabajadora judicial y utilizaría influencias para trabar las denuncias realizadas por el padre en Bariloche.
“Tengo un hijo de sangre de cinco años y una hija del corazón de 16 años. Hace dos años que intentamos realizar un acuerdo de cuidado compartido y hasta el día de hoy no se han podido homologar y se han realizado dos acuerdos que la madre no respeta ninguno de los puntos”, explicó González.
Tras detallar varias de las irregularidades cometidas por la mamá del niño, contó que hibo una situación donde su hijo fue secuestrado prácticamente durante dos días. “Fue secuestrado literalmente y durante dos días yo no supe donde estuvo. Hay un acuerdo firmado entre partes y el nene no fue entregado. Nadie pudo devolverme al menor durante dos días, solo una agente que hizo las gestiones para devolverme a mi hijo”, relató.
Sobre los incumplimientos de la mujer, Nicolas contó que “la justicia a veces es muy parcial con esta situación. Si yo retuviera al menor y no lo entregara, tendría la policía afuera mi casa. La madre de mi hijo es agente y funcionaría del poder judicial en Bariloche. Ella trabaja en una oficina que es OFAVI, que es una oficina de atención a la víctima. Es paradójico, porque la misma persona que comete impedimento de contacto y es violenta porque, impedir al padre que tenga una comunicación fluida y que este acuerdo sea respetado y no lo respeta es también violencia”, puntualizó.
“Ella siendo empleada judicial, conociendo cómo funciona el sistema y trabajando en una oficina donde tiene que ver con la violencia y situaciones de impedimento de contacto este manejando sus funciones. Por ese motivo, después de golpear un montón de puertas en Bariloche, tuve que llegar hasta Viedma y denunciarla ante el Procurador y ante el Fiscal General de la provincia de Río Negro”, manifestó.
Escuche la nota realizada esta mañana.
