El Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazó un recurso de queja y confirmó la sentencia de la Cámara Primera en lo Criminal de Cipolletti que inhabilitó a un policía de la Comisaría 24 a realizar tareas de seguridad por el plazo de dos años.
El oficial de servicio Carlos Antenao fue condenado como autor del delito de “vejaciones” a la pena de un año de prisión de ejecución en suspenso y al doble de tiempo de inhabilitación especial.
Según la acusación, el 3 de agosto de 2016 a las 20:30 horas el policía Antenao trasladó a dependencias de la Comisaría 24 a V.S.V a quien golpeó con sus puños mientras éste lloraba de rodillas pidiendo que no lo hiciera más y le produjo daños en el cuerpo que fueron posteriormente certificados.
El fallo del STJ confirma la decisión de la Cámara Criminal en tanto los dichos del hombre que fue víctima coinciden con los de su hijo, ya que ambos habían sido trasladados a la comisaria.
Dice la sentencia: En efecto, el primero relató el modo en que fue ingresado y golpeado en esa dependencia, pese a no reconocer a quien lo hizo, mientras que su hijo refirió que cuando «llega a la Comisaría ya estaba su papá fichándolo, escuchaba gritos. El muchacho de la izquierda -señala a Antenao- le estaba pegando a su papá en la boca, lo tenía arrodillado con las esposas… desde el pasillo escuchaba los gritos… y cuando lo hacen pasar a la oficina vio como le pegan. Su papá estaba arrodillado y el muchacho que le pegaba parado. Ahí le fue a pegar a él… Su papá estaba todo golpeado… cuando abrió la boca se la cayó toda rota la dentadura…». Entonces, queda claro que A.S pudo observar -luego de haberlo oído- lo que le sucedía a su padre cuando lo llevaron desde el pasillo hasta la oficina donde aquel se encontraba. Su narración es compatible con lo manifestado por V.S, cuyas lesiones además se encuentran acreditadas mediante las certificaciones respectivas”.