Esta mañana, alrededor de las 8:30 horas, una amenaza de bomba recibida vía WhatsApp generó la evacuación preventiva de la escuela ubicada en el Barrio San Martín de Viedma. El mensaje alertaba sobre la presencia de un explosivo en el establecimiento, lo que activó de inmediato el protocolo de evacuación. Ahora, investigan la procedencia del mensaje.
Preceptores y todas las personas presentes en la escuela se dirigieron rápidamente al patio, siguiendo las indicaciones de seguridad. Paralelamente, se realizó un llamado al 911, lo que derivó en la pronta llegada de personal policial de la Subcomisaria N° 59 del Barrio San Martín, una ambulancia y dotaciones de bomberos.
Los equipos de emergencia procedieron a realizar una minuciosa revisión de cada espacio del edificio escolar. Durante la inspección, se encontró en uno de los baños un armazón de un chip de celular, el cual fue secuestrado y puesto a disposición del área de criminalística para su análisis.
Tras una hora y medios de búsqueda exhaustiva, las autoridades informaron que no se había encontrado ningún elemento sospechoso, permitiendo el reingreso al establecimiento.
El representante legal de la escuela realizó la denuncia correspondiente para que se inicie una investigación formal sobre el origen de la amenaza.
Luego del segundo recreo, las autoridades escolares se reunieron con la totalidad de los estudiantes para explicarles detalladamente lo sucedido, el protocolo de evacuación implementado y la gravedad de este tipo de acciones. Se hizo hincapié no solo en el pánico que generan estas amenazas, sino también en la importante movilización de recursos policiales, de bomberos y de salud que conllevan. Por este motivo, se pidió a los alumnos que conversaran sobre esta situación en sus hogares para tomar conciencia de las serias implicancias de una amenaza de esta magnitud.
La denuncia formal habilita una investigación policial, y se advierte que, una vez identificada la persona responsable de este acto, se realizarán los cargos penales correspondientes. En caso de tratarse de un menor de edad, la responsabilidad legal recaerá en sus adultos responsables, ya que este tipo de amenazas están penadas por ley.