Homicidio por odio a la nacionalidad: culminó instancia de alegatos en la causa contra Eduardo Morello

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Luego de escuchar a cuatro testigos y al propio imputado, hoy culminó el juicio iniciado el lunes en el marco del cual un jurado popular determinará si Eduardo Morello mató a Beimar Llanos Condori, impulsado por el odio a su nacionalidad. La acusación volvió a concluir luego de escuchar a más de una quincena de testigos, que el homicidio fue motivado en la nacionalidad boliviana de la víctima.

El Ministerio Público Fiscal fue el primero en tomar la palabra, asegurando que luego de las dos extensas jornadas previas obtuvo las pruebas que demuestran que ese hecho ocurrió “tal como se lo contamos el lunes al iniciarse el juicio”.

El Fiscal recordó que el 7 de agosto de 2023 en una chacra ubicada en General Conesa, “mediando odio hacia la nacionalidad, Eduardo Morello le dio muerte a Beimar Llanos Condori ciudadano de nacionalidad boliviana, con quien además mantenía un conflicto previo vinculado a la venta del lote lindero”.

El imputado “le efectuó un disparo con una escopeta provocándole una hemorragia interna” y seguidamente amenazó al hijo de la víctima, de 13 años de edad, quien se encontraba en el lugar trabajando junto a su padre, para lo cual lo apuntó con el arma de fuego cuando este se dirigía a un vehículo en busca de un botiquín para auxiliar a su padre”.

“Estos hechos para nosotros configuran los delitos de homicidio doblemente agravado por uso de arma de fuego y odio hacia la nacionalidad; y amenazas agravadas”.

El alegato se extendió en relación al testimonio del hijo “único testigo presencial del hecho, el único que nos puede contar qué paso y que lo hizo a pesar de que mataron a su padre frente a sus ojos”.

“Un mes después, con el recuerdo fresco, contó todo y a pesar de su estado emocional dio precisiones esclarecedoras acerca de cómo fueron los hechos: recordó la charla previa entre víctima y victimario, el momento en que Morello los filma, la reacción medida de la víctima. La ida de Morello (momento en que llamó a la policía diciendo que le iban a cortar la luz) y la vuelta con el arma cargada a donde estaban él y su padre trabajando”.

“Le disparó en silencio y se fue”, dijo el hijo. “Sin mediar palabras disparé“, reafirmó el propio Morello al momento de declarar, en la mañana de hoy, en el juicio.

Agregó el adolescente también que él mismo fue amenazado “cuando va al auto a buscar un botiquín para ayudar a su padre. Allí levanta la cabeza y lo ve a Morello apuntándole con el arma”. “Lo dijo en Cámara Gesell y se lo volvió a contar a la psicóloga que evaluó el daño psicológico”, expresó la Fiscalía.

“Sostenemos que tenia el arma cargada cuando lo apuntó” – agregó la acusación pública- “salió de su casa dispuesto a hacer lo que hizo porque se fue con tres cartuchos”.

“El mismo relato se repite sin diferencias sustanciales en las dos cámaras gesell de un nene al que no hay ningún motivo para no creerle”, enfatizaron al destacar a éste como un testimonio “fundamental para entender lo que pasó; dice lo mismo dos veces y dice lo mismo que dijo Morello”.

Acerca de la pretensión de la defensa de que el caso sea visto como un exceso de legítima defensa, la Fiscalía sostuvo que ello “es imposible”. “Para que haya exceso, primero tiene que haber defensa a una agresión ilegítima que acá no existió”. Diversas “pruebas y referencias sobre Beimar sostienen que era una persona tranquila”.

En cuanto a las pericias psicológicas realizadas por profesionales del Cuerpo Médico Forense, la Fiscalía mencionó que el adolescente tuvo stress post trauma y que el imputado, “comprendía lo que hacía en ese momento”. Esto último lo sostuvo también la perito de parte llevada como testigo de la propia defensa.

“El imputado estaba tranquilo, sabía manejar armas, había estado en el ejército, no mostró empatía ni afectividad con lo que había pasado”, sostuvo la psiquiatra forense. Mencionó también el relato de peritos balísticos y sus conclusiones; y las características de la herida brindada por la médica que realizó la autopsia y destacó que “el tiempo de sobreviva fue muy corto”.

Odio a la nacionalidad

En un contesto en el que ya habían existido “amenazas previas de Morello al grupo familiar Llanos Condori” -tal como detallaron su esposa y su hermana- el Fiscal expuso los mensajes entre Morello y el hombre al que mató. Estos “eran respetuosos del lado de Beimar”. Él, en cambio, publicó en Twitter mensajes con términos como “bolita”, “quechua del o…”, “ley del plomo, balas de plata”.

Continuó el Fiscal leyendo mensajes con términos como “estos bolivianos de m…”, “que raza de m…”, “habría que deportarlos a todos”, ”el bolita me sigue amenazando”. Mensajes todos “dirigidos a los seguidores que tenía en Twitter y a toda la comunidad boliviana. En el medio de estas publicaciones se comete este homicidio”, aclaró la Fiscalía.

“Estoy convencido de que si no hubiese sido boliviano no lo hubiese matado, Morello se creía superior”, finalizó el Fiscal agregando que incluso el origen boliviano del hombre ya había sido destacado en una denuncia anterior al hecho realizada por Morello por una deuda de dinero.

Seguidamente realizaron los alegatos el abogado querellante que mostró al jurado de qué forma se produjo el disparo, cómo se encontraban los dos hombres y el chico en el lugar y sostuvo que el homicidio fue impulsado por el odio del imputado a la nacionalidad de la víctima.

Finalmente realizó su alegato el abogado defensor que sostuvo la existencia de la agresión ilegítima que dio origen al hecho; atacó las pruebas producidas por la acusación y pidió que lo declaren culpable del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego con exceso de legítima defensa y no culpable del delito de amenazas.

Luego de la discusión de las partes vinculadas a las instrucciones finales y la mención de las mismas al jurado, el órgano se retirará a deliberar.

 


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