Un hombre de Cipolletti que se desempeñaba como chofer de auxilio y ayudante de taller fue despedido de la empresa luego de padecer un problema de salud. El día que se descompensó tuvo que retirarse imprevistamente, aunque después acreditó su dolencia con certificado médico. La empresa lo acusó de abandonar el puesto pero él promovió un juicio y obtuvo un fallo a favor.
La Cámara del Trabajo de Cipolletti concluyó que el despido del empleado, quien había argumentado problemas de salud carecía de justificación válida y ordenó a la empresa Vía Bariloche abonar indemnizaciones.
El trabajador, quien ocupaba el cargo de chofer de auxilio y ayudante de taller, inició la relación laboral en febrero de 2015. Sus tareas incluían asistir vehículos de la empresa con desperfectos mecánicos durante sus recorridos en las provincias de Neuquén, Río Negro y La Pampa. Realizaba reparaciones in situ o remolcaba las unidades al taller de la empresa en Cipolletti. Además, en días sin salidas de auxilio, desempeñaba labores de ayudante mecánico en el taller central. Según la demanda, el empleado sufrió una lesión en la columna diagnosticada como lumbalgia traumática, a lo que se sumaron otros problemas que lo llevaron a iniciar un tratamiento médico especializado.
Después de esos episodios de salud, durante una jornada laboral, el trabajador se retiró de manera abrupta del taller. Según el expediente, al día siguiente no concurrió a trabajar, situación que la empresa calificó como una ausencia injustificada. En respuesta, Vía Bariloche envió una carta documento en la que intimó al empleado a regresar a sus tareas en un plazo de 48 horas y a justificar su retiro del día anterior.
El trabajador recibió la intimación y, al día siguiente, presentó un certificado médico, quien diagnosticó una evolución desfavorable de su cuadro de salud y prescribió reposo laboral por 30 días. Pese a ello, la empresa rechazó el certificado, argumentó que el empleado había obtenido el alta médica meses antes y calificó la documentación como extemporánea e inválida. Luego la empresa efectuó el despido, invocó abandono de trabajo conforme al artículo 244 de la Ley de Contrato de Trabajo.
En el intercambio epistolar, el trabajador rechazó el despido y acusó a la empresa de no contemplar su delicada situación de salud. Argumentó que había cumplido con los plazos legales para justificar sus ausencias y que su retiro del taller respondió a una crisis médica acreditada por su profesional tratante. Por su parte, la empresa se mantuvo firme en su posición. Consideró las ausencias como una falta grave y justificó su decisión de rescindir el vínculo laboral.
En el fallo, el tribunal destacó que el empleado había presentado la documentación médica en tiempo y forma y que el alta anterior no impedía la posibilidad de una recaída en su cuadro clínico. Además, se subrayó que el historial del trabajador incluía más de diez años de antigüedad y ninguna sanción previa, factores que debieron ser evaluados antes de aplicar una medida tan severa como el despido. Según los jueces, la empresa no logró probar que el trabajador tuviera la intención de abandonar sus funciones, lo que invalidó la causal invocada.
El tribunal ordenó a Vía Bariloche indemnizar al empleado por despido sin causa, preaviso, integración del mes de despido, falta de entrega.