En el banquillo de los acusados habrá 4 hombres que vivían en la ciudad y siempre estuvieron en la mira: Maximiliano Manuel Lagos, Germán Ángel Antilaf, Néstor Ricardo Cau y José Hiram Jafri.
Este martes 26 de noviembre comienza en Cipolletti el juicio oral y público por el femicidio de Otoño Uriarte, la adolescente de Fernández Oro secuestrada el 23 de octubre del 2006 cuyo cuerpo fue hallado seis meses después, en un canal de riego cercano, con signos de haber sido violada y asesinada.
En el banquillo de los acusados habrá 4 hombres que vivían en la ciudad y siempre estuvieron en la mira: Maximiliano Manuel Lagos, Germán Ángel Antilaf, Néstor Ricardo Cau y José Hiram Jafri.
La calificación legal del caso es «privación ilegítima de la libertad» agravada por la duración en el tiempo, por la participación de más de tres personas, por ser la víctima menor y por haberle provocado la muerte. Ese delito prevé únicamente la pena de prisión perpetua.
El debate empezará este martes 26 de noviembre y continuará los días 27, 28 y 29 de noviembre y el 2, 3, 4, 5 y 6 de diciembre, en doble jornada. Se estima que declararán cerca de 70 testigos. Las audiencias serán conducidas por un tribunal colegiado compuesto por María Florencia Caruzo, Juan Pedro Puntel y Amorina Sánchez Merlo.
La acusación estará encabezada por la fiscal jefa de General, Roca Teresa Giuffrida y la querella estará representada por la abogada Gabriela Prokopiw, informó el sitio VDM Noticias sobre el caso.
En cuanto a los imputados, Antilaf será defendido por Carlos Vila; Jafri por Rubén Antiguala; Lagos por Manuela Castro y Edgar Lucero y Cau por Marcelo Caraballo.
Un juicio tras 18 años de impunidad
El juicio llega en un marco de descreimiento en los procedimientos judiciales en torno a este caso. El portal periodístico La Mañana de Cipolletti señaló las dudas de Roberto Uriarte, padre de la víctima, por las complicidades y el necesario encubrimiento para garantizar la impunidad por 18 años. Recordó además que hubo informes del expediente que se «perdieron» y pericias que se debían realizar y no se hicieron.
El vecino encabezó varias marchas en reclamo por el esclarecimiento del femicidio, tanto en Fernández Oro como en Cipolletti, con el acompañamiento de vecinos y organizaciones sociales, feministas, gremiales y políticas. La causa estuvo muy cerca de prescribir y quedar definitivamente impune, pero la familia de la víctima contó con el asesoramiento de Prokopiw, que los representó en la querella y logró reflotarla hasta llegar a la instancia actual.
Prokopiw también considera que existieron irregularidades en la investigación y que hubo policías implicados. La querella y la fiscalía sostienen la hipótesis de que a la adolescente la secuestraron con la finalidad de someterla a la explotación sexual.
Y confían en que las pruebas reunidas tienen la solidez suficiente para declarar culpables a los cuatro imputados, a quienes consideran culpables. Pero la abogada aclaró que los considera autores materiales del homicidio que actuaron obedeciendo órdenes.
Según adelantó, la expectativa está puesta en que ese punto clave se ventile en el debate para poder llegar hasta los ideólogos del ataque. Afirmó que cuentan con indicios firmes para avanzar en ese camino. Entre ellos cuenta con un testigo relevante que declarará en el juicio y permitirá sostener la hipótesis.
El secuestro y el ataque
Había un quinto imputado que fue sobreseído en mayo de este año. Es quien había iniciado una relación sentimental con Otoño y con quien estuvo la tarde de su desaparición.
Lo vincularon por un rastro genético que encontraron en el cuerpo de la adolescente. Pero se determinó que había sido transferido por una relación íntima mantenida ese día. Además, se comprobó que no conocía a los otros cuatro sujetos. Con esos elementos, la jueza María Agustina Bagniole resolvió su sobreseimiento con el aval de la Fiscalía.
En ese fallo se describió la mecánica del secuestro de Otoño. Según se detalló, esa tarde esperaron que saliera del polideportivo municipal donde había ido a jugar al vóley. Le robaron su bicicleta para lograr que tuviera que volver caminando a su casa por la calle Kennedy, por un lugar desolado y oscuro.
En inmediaciones de Kennedy y Río Negro, en cercanías de un aserradero, la subieron por la fuerza a un vehículo y la llevaron a un lugar no determinado donde fue retenida contra su voluntad.
Allí la atacaron sexualmente al menos dos de los agresores. Luego la asesinaron a puñaladas. Posteriormente enterraron el cuerpo en un sitio también desconocido, para luego desenterrarla y arrojarlo al canal principal de riego, aguas arriba de la usina del sector denominado El Treinta, donde fue hallado el 24 de abril del 2007.