Ante el desfase ocasionado por el proceso inflacionario, una madre solicitó la modificación de la cuota alimentaria acordada antes de la pandemia para su hija. En 2020, había aceptado la suma de seis mil pesos, con actualizaciones semestrales del diez por ciento.
El fallo del fuero de Familia de Cipolletti ajustó el monto al cincuenta por ciento del salario del padre, tomando en cuenta no solo el contexto económico sino también las necesidades crecientes de la niña y la carga desproporcionada de tareas de cuidado a cargo de la madre.
La sentencia estableció un retroactivo a la fecha de presentación de la demanda, obligando al padre a cubrir la diferencia acumulada y los gastos judiciales. El fallo destacó la limitada interacción del padre con la niña, lo que resulta en una mayor responsabilidad para la madre en cuanto a las tareas de cuidado. En ese sentido aplicó la perspectiva de género por la “sobrecarga” de la mujer.
Aunque el padre no respondió a la demanda, información de AFIP reveló su condición de monotributista y contribuyente de ingresos brutos y eso permitió estimar sus ingresos y ajustar la cuota alimentaria a un cincuenta por ciento.
Originalmente, el acuerdo de 2020 establecía un monto de seis mil pesos, con incrementos del diez por ciento cada seis meses. Sin embargo, el aumento del costo de vida y las necesidades de la niña, ahora mayor, hicieron necesario revisar este acuerdo.
El fallo destaca que la jurisprudencia respalda que las necesidades de los hijos en alimentación, educación, vestimenta, y otros aspectos vitales crecen con ellos, justificando la solicitud de un aumento de la cuota alimentaria en función de la edad de la persona menor, puntualiza la decisión judicial del fuero de Familia de Cipolletti.