Hace 8 años atrás la comarca se indignaba de la misma manera que hoy se indigna un país con el asesinato de Fernando Baez. En este caso, Daniel Alarcón fue el joven asesinado a golpes y patadas en la rotonda Islas Malvinas. La salvedad es que no hay detenidos que paguen tras las rejas por el crimen como si podría haber en el crimen sucedido en la provincia de Buenos Aires.
Daniel Alarcón fue asesinado a golpes en la rotonda Islas Malvinas el 29 de julio de 2012 tras ser agredido por al menos diez personas que lo golpearon con puños, patadas y otros elementos utilizados en ese momento.
La situación que vivió Alarcón fue prácticamente la misma que le tocó vivir a Baez en Villa Gesel, salvó que Daniel estaba en Viedma, 8 años atrás, sobre la rotonda Islas Malvinas en una fría madrugada de invierno donde encontró la muerte a golpes. Todo se desencadenó en un enfrentamiento entre dos grupos de personas que derivaron en el desenlace fatal.
Los golpes de puños, patadas e inclusive un ladrillazo en la cabeza de Daniel pudieron haber sido tomados por una cámara de seguridad que se encontraba en la zona, pero al parecer, la filmación no alcanzó para identificar definitivamente a los agresores como si sucedió en el caso Báez de Villa Gesel.
Según graficó el diario Río Negro sobre el caso “la golpiza arremetió contra los varones del grupo de la víctima, pero luego también fueron atacadas las chicas que al advertir la gravedad de la situación intervinieron en defensa de sus respectivos novios. En uno de los casos una de ellas se habría tirado sobre la cabeza del joven para evitar que le siguieran dando patadas”, detalló en su crónica policial sobre la violencia del ataque.
Por aquellos años, los primeros movimientos policiales y judiciales arrojar seis detenidos y varias ruedas de reconocimiento para otros sospechosos. En uno momento, llegó haber 10 personas señaladas y sospechadas de haber estado en el momento que agredieron mortalmente a Alarcón.
La causa que en su momento apuntó a varios sospechosos tuvo varias dilaciones hasta que en el mes de mayo de 2018 imputaron a ocho personas como “coautores del delito de homicidio en agresión” de Daniel Alarcón, de 18 años. También habían pedido la rebeldía y captura de otros dos sospechosos que no se presentaron a la audiencia de formulación de cargos.
La esperanza para la familia de Daniel, que esperaba justicia se caería a tan solo cinco meses después de la imputación de los diez sospechosos. El 18 de octubre el Fiscal Pedro Puntel solicitó el sobreseimiento de todos los acusados y el juez Favio Corbalan hizo lugar al pedido. Así fue como tres jóvenes de apellido Huenul; dos apellidados Quiñenao y otros de apellidos Otero, Fresco, Rey, Vera y Cayamilla quedaron sobreseídos de la causa y la muerte de Daniel Alarcón quedo impune.
El crimen de Báez, que hoy conmociona al país por la violencia aplicada por un grupo de jóvenes parece ir por otros carriles en el plano judicial y de no suceder nada raro, alguno de los imputados podría pagar con cárcel por el cobarde asesinato.
