El 25 de mayo, se cumplieron cinco años de la muerte de Mirta Varreto en el Hospital Pedro Ecay. No fue un fallecimiento como tantos otros. Su familia asegura que no se hizo lo suficiente para salvarla ya que murió producto de una obstrucción intestinal. Hoy, la familia espera que la justicia se decida a juzgar a los responsables que todavía siguen estando dentro del sistema de salud ocupando cargos importantes.
Hace cinco años, en el 2014, Mirta se descompensó cuando estaba de visitas en la casa de una de sus hijas en Viedma. Ingresó a la guardia del Hospital Zatti. En la primera consulta le dieron una “buscapina” y la enviaron a su casa. Tras la persistencia del dolor abdominal, fiebre y descompostura, volvió al otro día. Quedó en observación y se le realizó una ecografía. Los resultados no arrojaron ninguna patología fuera de lugar. Se creyó que por la condición de diabética de la paciente podría haber sido un problema renal.
Al ver que la situación no mejoraba decidieron realizarle análisis de orina dejando a la mujer siempre en observación. El doctor Guevara, sospechó que pudo haber una obstrucción intestinal, dato que, de haberse tenido en cuenta, es muy probable que se hubiese salvado una vida. Se planteó una internación para tratar el cuadro de salud. En ese momento, la doctora Prietto, jefa de internación, expresó por aquellos días a la familia, que no había camas y que el servicio de internación estaba completo, por lo que dio la pauta que sea atendida en Patagones. “Como mi vieja tenía Pami, la derivó al Hospital de Patagones. En la derivación hizo como una carta con algunos de los síntomas que tenía y ni siquiera la mandó en ambulancia, fuimos en el auto de mi hermana”, contó la hija de la mujer que días después fallecería en Patagones.
Blanche, médico de Viedma está también involucrado por presunta modificación del diagnostico dado en la historia clínica en una primera instancia. Ese sería el puntapié inicial para que la causa quede en Viedma y desde ese punto poder juzgar a los tres acusados que ya participaron de una instancia de formulación de cargos.
Maracel Bernardi, a cinco años de la muerte de su mamá Mirta y viendo que las dilaciones judiciales se extienden en el tiempo, se decidió a contar el caso en este medio. Los detalles dejan al desnudo las falencias en el sistema de salud pública y la arrogancia de algunos médicos que no toman dimensión que un error de ellos cuesta vidas humanas.
En Patagones la recibió el médico de guardia y tomó el caso su médico de cabecera, Marcos Tripodi, hoy Secretario de Salud de la Municipalidad de Patagones. Para la familia, la actitud del profesional tendría que ser juzgada por la justicia porque consideran que hubo decidía e impericia en la tarea médica.
“Llegamos a Patagones, la internan y durante cinco días no se le hace ningún estudio ni análisis. La ve el doctor Tripodi a la mañana y dice que él la conoce, que es su paciente y que es una persona difícil y caprichosa, que era por su diabetes, que seguramente tenía una infección urinaria y que si la habían hecho un estudio en el Zatti íbamos a ir viendo los resultados. Le da un antibiótico general como para que pase el malestar”, contó.
La situación de la mujer empeoraba y sus hijas notaban que iba desmejorando, pero así y todo aseguraron que nadie le dio importancia al momento. “Tripodi llegaba de vez en cuando y nosotros todo el tiempo le decíamos que no estaba bien, que se ponía peor, que los dolores avanzaban y que mi vieja no podía ni hablar. Durante cinco días fue así y él nos decía que no, que nos quedemos tranquilas que era una infección urinaria, que ella era muy recurrente a ese tipo de patologías”, refirió Maracerl Bernardi sobre las palabras de Tripodi.
Al sexto día la señora se descompensa y el médico de guardia le manifestó a la familia que no era una infección urinaria lo que tenía, sino que presentaba una septicemia generalizada, motivo por el cual pidió el servicio de quirófano. “La llevan a quirófano y cuando la abren se dan cuenta que en realidad era una obstrucción intestinal. Tenía un bolo fecal que se le había disipado por todo el cuerpo, materia fecal que se había infectado y le había dado una peritonitis. No hubo nada que hacer, se le hizo diálisis, no respondió a nada y falleció”, contó Maracel.
La familia destacó la buena atención del servicio de terapia dándole contención a la familia y tratando de hacer todo lo posible en el contexto de la cirugía practicada por los doctores Lomo y Bala.
La acusación principal recae sobre el doctor Marco Tripodi quien desde el martes que ingresa al hospital Mirta hasta el día sábado no le practicó ningún tipo de estudios. “Ni una ecografía, ni un análisis, nada de nada. Lo único que hacía era darle calmantes, diciendo que era una gordita caprichosa, que esto iba a pasar y que el lunes le daba el alta. Creo que fue el peor de todos, que dejo pasar el tiempo en que las practicas se hagan tarde. Consideramos que es el responsable mayor de todo esto”, expresó Maracel, quien volvió a aclarar sobre la dificultad de la causa judicial ante la denuncia radicada en Viedma.
“Mi mamá era su paciente y en ese abuso de confianza hizo un diagnostico que no estaba avalado por nada, porque no le hizo ningún estudio ni análisis de ningún tipo”, recordó Maracerl Bernardi.
La denuncia penal
La causa en base a la denuncia formulada en la Fiscalía, se inicia en la Capital de la provincia de Río Negro. La familia contactó al abogado Damián Torres y el hecho de haberse denunciado en otra provincia dificulta mucho el poder juzgar a los profesionales del sistema de salud del Hospital Pedro Ecay.
“Fueron los que más desastre hicieron”, contó Maracel sobre la responsabilidad de quienes atendieron a su madre en Patagones, aduciendo que en Viedma “mínimamente en el Zatti hubo una atención primaria”, refirió.
Se iniciaron acciones legales a tres médicos imputados. Hubo una lectura de imputación de cargos y la controversia que se genera es si el caso queda en Viedma o Patagones. “Ha sido muy duro, porque la fiscal que fue Paula Rodríguez Frandsen quiso encajonar muchas veces la causa, en su momento la primera médica forense se jubiló, luego lo agarró el forense Navarro quien dio un puntapié diciendo en el informe que “las practicas no habían sido las correctas ni a tiempo”, así que la causa no se cerró, porque si no a los cuatro años se cerraba”.
“Todavía estamos a ver si esto sigue en Viedma. Creo que hay como un acuerdo entre las provincias para ver si se puede analizar y juzgar desde los dos lugares”, refirió Maracel sobre la eterna espera.
Sobre el doctor Tripodi, expresó que “era su médico de cabecera, su mamá era mi paciente y la conocía perfectamente. Todavía no podemos creer como no se le practicó ningún tipo de estudios y consideramos que hubo impericia, imprudencia, mala praxis, las practicas fueron tardes. Si a mi vieja la agarraban el primer o segundo día con la peritonitis, no sé si se salvaba, pero tenía una chance, aunque sea. Tenía 65 años”, contó Bernardí mostrando su indignación con el sistema de salud y contra los profesionales médicos que al parecer desestimaron su juramento hipocrático o no le dieron la importancia suficiente al caso.