¿En qué consiste el Protocolo sobre la detención de menores de edad en Río Negro?

 

Foto: En Estos Días
Foto: En Estos Días

Hay organizaciones que aseguran que no se dio un debate como debe ser y que faltó consenso para determinar la aplicación final. Se denuncian arbitrariedades y violaciones permanentes de los derechos de los menores por parte de efectivos policiales.

La Provincia de Río Negro presentó oficialmente el protocolo de actuación para la detención en la vía pública de menores de edad y su traslado a un nuevo dispositivo de alojamiento. Pero las organizaciones que trabajan con niñas, niños y adolescentes desconocen el texto final, que no fue consensuado ni publicado. Siguen denunciando arbitrariedades y violación de los derechos de los menores por parte de la Policía de Río Negro.

Días atrás, con la presencia de autoridades de la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia de Nación, de los Ministerios de Seguridad y Justicia de la Provincia, y trabajadores de la SENAF local, se presentó el sistema de protocolos para la detención de menores y su traslado a los denominados Centros de Admisión y Derivación (CAD). Sólo existe uno de ese tipo de dispositivos en la ciudad de Viedma. Mientras tanto, los adolescentes son detenidos en comisarías.

Según publicó el sitio digital “Por estos Días”, las organizaciones que a lo largo de la Provincia trabajan con la problemática de niños, niñas y adolescentes han sido muy críticos con la legislación impulsada por el Gobernador Alberto Weretilneck -y avalada por el Superior Tribunal de Justicia- que autoriza a la Policía a detener menores, bajo la figura de prevención y contención.

 

 

 

 

“Hay un montón de situaciones en donde los pibes terminan en calabozos junto con personas adultas donde a veces sufren torturas, o la médica forense que los tiene que revisar tarda 8 o hasta 10 horas en hacerlo”, explicó a En estos días, Alejandro Palma, referente del Colectivo Al Margen de San Carlos de Bariloche.

Y detalló que “por eso nosotros nos pusimos fuerte en exigir que se conformen los Centros de Atención y Derivación, que lo que deberían hacer es evitar que los menores sean trasladados a comisarías”.

Los CAD son centros donde sólo hay personal civil y que en el plazo de 24 horas tiene que resolver el regreso del chico con su familia o la derivación a áreas de Promoción Familiar del Ministerio de Desarrollo Social.

Consultado sobre si conocía el protocolo refrendado, Palma aseguró que “como no lo hicieron circular ni lo consensuaron, lo único que sabemos es lo que vimos en los medios y nos preocupa, porque no tiene el espíritu que venimos pidiendo los que colaboramos en los barrios”.

El Protocolo será aplicado por la SENAF «para que los chicos sean tratados con las garantías de sus derechos y no tratados como adultos», dijo la titular de ese organismo, Roxana Méndez.

«Con esta nueva herramienta tratamos de ajustarnos a prácticas que garanticen los derechos de los chicos. Los agentes de cada uno de los organismos intervinientes deben ajustar su accionar a las prescripciones establecidas por las normas de carácter internacional, nacional y local», agregó Méndez.

Para la funcionaria “son procesos que se tienen que ir dando para que los adolescentes que se encuentren en conflicto con la ley cuenten con un respaldo acorde a su edad”.

Pero las organizaciones tienen otra mirada. Esteban Georgetti de la Fundación Creando Futuro, de Viedma, contó que un día después de la presentación oficial del Protocolo, recibió una convocatoria a reunión del Consejo Provincial de los Derechos de Niños Niñas y Adolescentes (que ahora está bajo la órbita de la SENAF), ámbito donde se tendrían que haber consensuado las reglas.

 “El protocolo lo único que hace es darle organicidad a la práctica de detención de menores en la vía pública. Acá el retroceso está en el pensamiento de los que conducen a la policía y en los jueces del Superior Tribunal de Justicia, que ratifica que se los puede detener a los chicos en la calle”, dijo Georgetti al medio colega.

Al ser consultado sobre el crecimiento de la violencia institucional en la capital provincial, Georgetti aseguró que “hoy hay una fuerte presencia policial haciendo cordones periféricos para que los pibes no puedan salir de los barrios. Si de noche, vos querés entrar a algunos barrios podés observar que está la policía haciendo controles. Además, hay un gran temor por parte de los pibes que no van a denunciar nunca, porque lo que pasa en el barrio, se queda en el barrio”, concluyó.