Según el comisario de la 1° investigación “el tiro no era para Atahualpa”

Foto: VDM
Foto: VDM – Sosa declarando en el segundo juicio 

Durante la sexta audiencia del juicio por el asesinato de Atahualpa Martínez declararon dos testigos. El comisario a cargo de la primera investigación especuló que el autor del crimen es una persona que nunca estuvo imputado en el expediente. En tanto un policía en actividad reconoció su “vínculo” con ese posible implicado.

Alfredo Omar Sosa estuvo al frente de la investigación del asesinato de Atahualpa Martínez, apenas cometido el crimen. En el contexto del segundo juicio, declaró que el responsable del homicidio es un conocido delincuente de la zona de Viedma y Carmen de Patagones, que nunca estuvo imputado en el expediente y aseguró que el disparo mortal no estaba dirigido a Atahualpa.

Para Sosa, Mildenberger junto a otros dos sujetos -a los que identificó como los “hermanos Acuña”- “salieron a apretar jóvenes” por deudas de venta de droga “al menudeo”.

Y en ese contexto, a pesar que Atahualpa nada tenía que ver con la compra-venta o consumo de drogas, se vio involuntariamente involucrado en el violento hecho que derivó en su asesinato. “Estuvo en el lugar equivocado”, planteó el ex policía.

– En su investigación, ¿pudo establecer quién fue el autor del disparo que recibe Atahualpa? – le preguntó a Sosa el defensor oficial, Pedro Vega.

– Deduzco que quien efectuó el disparo fue (Leonardo) Mildenberger-, respondió el testigo.

La pregunta de Pedro Vega -defensor de Belén Fernández Barrientos y Carlos Morales Toledo, dos de los tres imputados (Felipe Carrasco es el tercero)- intentó desligar a sus defendidos del asesinato del joven. El Comisario (retirado) Alfredo Sosa, le dio los argumentos a lo largo de tres horas de declaración, y apuntó insistentemente a Mildenberger.

 

Sosa ya había declarado con el mismo tenor en el juicio del año 2014 donde señalaba que había otras personas que no eran parte de la investigación que aparecían mencionadas.


Su hipótesis surge de una serie de escuchas telefónicas entre el mencionado delincuente y un integrante de la Policía de Río Negro, Hernán Toloy, quien le habría filtrado información relevante de la causa.

“En las escuchas telefónicas, se desprende que hubo otros actores que ayudaron a este hombre a huir, a presionar a testigos, a utilizar policías para poder seguir impune”, dijo Sosa, en un testimonio similar al que ya había formulado en el primer juicio, en el año 2014.

Sin embargo, Mildenberger no está imputado en la causa y tampoco -hasta el momento- fue llamado a declarar en calidad de testigo.

 Segunda parte de la declaración de Sosa en el primer juicio anulado por la justicia 


Quien también testificó, fue el policía (aún en actividad) que Sosa reconoció en las escuchas telefónicas durante su investigación: Hernán Andrés Toloy.

– A Leonardo Mildenberger, ¿usted lo conocía?, ¿qué relación tenía con él? -, preguntó el abogado de la querella, Fabio Igoldi.

– Tenía una relación bastante fluida, no éramos amigos, pero sí conocidos-, aseguró el policía.

Casi como si se tratara de una historia de ficción, el policía relató las circunstancias en la cual se conocieron y comenzaron a frecuentarse: “Lo conocí cuando trabajaba en la Brigada de Toxicomanía, haciéndole allanamientos en la casa, en el año ’98”.

Reconoció que trabajando en el Departamento de Informaciones “realizando trabajos de explotación de prensa, social y delictual” (SIC), de la Policía rionegrina, tuvo acceso al expediente de la causa Atahualpa, e inclusive, accedió a material guardado en la Sección Criminología, como las fotografías del cuerpo del joven al momento de ser encontrado en un descampado.

Justificó haber actuado de esa forma, a pedido directo de quien fuera el jefe de la Regional I de Viedma, Comisario Argentino Hermosa.

Aunque negó haberle transmitido la información a su “conocido” con el que mantenía “una relación fluida”, dijo que al momento del crimen fue a verlo “porque como era uno de los sindicados quería ver si él nos podía ayudar”. Realizó esa tarea aunque no integraba el equipo asignado a la investigación.

 

Surgen más irregularidades en la investigación

El jefe de la investigación, Alfredo Sosa, reconoció que no participó de todos los allanamientos y que desconocía muchas de las pericias que figuran en la instrucción.

Supo de la existencia de la campera con rastros de ADN de Atahualpa y otra persona -hasta el momento no identificada- recién en el año 2014, a pesar que esa prenda fue secuestrada en uno de los primeros allanamientos en el año 2008.

Finalmente aseguró que su desplazamiento de la causa y su retiro forzoso de la institución policial fue consecuencia de tensiones políticas entre la Procuración General de la Provincia -en ese momento conducida por Liliana Piccinini- y el entonces Jefe de la Policía, Victor Cufré, en el año 2011.

Información del portal: En Estos Días – www.enestosdias.com.ar